jueves, 25 de agosto de 2016

Muñeca rota

Por Ana Na

  Haciendo un recorrido en mi memoria recuerdo muchas cosas de la época en que tenía entre tres y cuatro años, tal vez no me pasa lo mismo con unos años más.
  Tuve dos hermanos muy mayores y vivíamos con mis padres en una casa muy linda donde a través de las ventanas se podía apreciar un hermoso parque lleno de flores. Al lado de nuestro departamento vivía una señora muy dulce y cariñosa de origen español, viuda y con un solo hijo un poco mayor que mis hermanos, pero no mucho. Ella tenía un especial cariño por mi hermana, diez años mayor que yo.
  En algún tiempo esta señora llamada Maruja fue de viaje a su país y le trajo a mi hermana una hermosa y novedosa muñeca que jamás había visto antes. De verdad que era muy linda… de porcelana, con cabellos casi naturales, de casi mi altura, abría y cerraba sus ojos además de caminar y mover su cabeza hacia un lado y al otro diciendo "papá", "mamá".
  ¡Una maravilla de muñeca! Por supuesto que mi hermana la adoraba hasta el punto de llevársela a su cama para dormir con ella.
  Los tres hermanos dormíamos en el mismo cuarto y mi hermano era muy travieso y peleaba bastante con mi hermana mayor.
  Cierto día estábamos en el cuarto ya listos para dormir por la noche, entre juegos y risas. En un momento mi hermano me dijo:
-Ana, ¿a ver si sos capaz de tirar la muñeca al piso?
  Lo miré tratando de descubrir si esa pregunta era una buena idea. Miré a uno y a otro como buscando la respuesta. Al ver que se produjo un profundo silencio respondí a la propuesta y finalmente la tiré al suelo, haciendo pedazos la muñeca.
  Mientras, sólo se escuchaba que decía "papá", "mamá".
  Mi hermana no reaccionó creyendo que no se rompería, hasta que se levantó de su cama y vio los pedazos de la carita de su juguete preferido.
  Los gritos y llantos de ella fueron brutales y me sacudió, pero se dio cuenta de que no fue mi culpa sino que la responsable de la tragedia fue la perversa mente de mi hermano. Yo no entendía nada en mi corta edad y salí corriendo en busca de mis padres, mientras ella no paraba de llorar por la pérdida.
  Entre gritos, llantos y reclamos de mis padres, además del castigo a mi hermano, quedé  dormida.
  Sólo recuerdo que mis hermanos estuvieron mucho tiempo sin hablarse y yo no podía calmar mi culpa de haber roto tan bonita muñeca. Aún al día de hoy, cierro mis ojos y la recuerdo, como también aquél momento vivido hace tantos y tantos años, que siento que fue ayer.

Nada: la desolación del sufrimiento

Por Ana Na

HISTORIA

  Hace algunos encuentros pasados de los días lunes tuvimos la visita del periodista encantador Luis Paz en nuestro Taller de Introducción al Periodismo conducido por Daniela Yaccar.

  Después de mucho diálogo y preguntas nos dio un trabajo para realizar. Uno de ellos fue hacer la reseña de una obra artística.

  Como a mí me gusta el tango de la vieja guardia, elegí, dentro mi enorme colección preferida, el tango "Nada", tema de popularidad y muy escuchado del maestro de larga trayectoria y ya desaparecido Julio Sosa, apodado el Barón del Tango, cantor uruguayo radicado en Argentina. Autor de varios temas famosos y acompañado por orquestas de primera línea.

  El tema fue compuesto en el año 1963.

ELECCIÓN

  Mi preferencia por este tema es porque cierro mis ojos y veo la imagen de su letra. Es como si tuviera grabada una película en mi memoria que jamás he visto.

  Siento en mí la desolación de aquél sufrimiento que me hace vibrar.

  En mi universal colección de tangos es uno de los que más me emociona. Tal vez porque la última vez que lo escuché, no hace mucho, la interpretación fue sensacional y me quedó registrado en la mente.

INTERPRETACIÓN

  A pesar de las contradicciones y de los comentarios de que ya no la encontraría mas, él fue nuevamente a buscarla. A ese viejo amor de un tiempo atrás, para decirle su arrepentimiento y encontrar su amor nuevamente.

  Ha podido llegar hasta su casa natal abandonada con el jardín destruido por el tiempo y convertido en un montón de yuyos.

  Cuando llegó a su umbral, la casa con un candado hizo que su corazón se detuviera y le hizo pensar que jamás volvería o que tal vez estuviese muerta. Que se fue para nunca más volver.

  Nadie que le pudiera decir alguna información y sólo la Nada llena de silencios y tristezas.

  "¿Dónde estás?", se preguntó para poder declararle su amor.

  Esa casa tan llena de recuerdos estaba recubierta por telarañas del tiempo y aquellas flores que la adornaban ya no están más.

  En su vida ha pasado mucho tiempo y el frío de la nieve congeló sus sentimientos al sorprenderse de no hallarla.

  Fue posible que aquellas flores y el rosal se hubieran muerto por su ausencia. Todo era lúgubre y con olor a muerte y dolor.
  
  Esa cruz que vio en el candado le hizo sentir más sufrimiento ya que quería nuevamente conquistar su corazón.
  
  Finalmente se alejó con tristeza y su confesión de amor trunca pero le pareció escuchar la voz de ella que de la Nada asomaba. Rezó por ella y nunca dejó de amarla.  

  Como señal de su partida una lágrima asomó, derramada y transformada en flor dejó en su puerta.

  
  Y así es como se va del lugar sin  haber encontrado Nada

Santiago Loza: "Escribir es una conquista"



El dramaturgo y cineasta nos visitó en uno de nuestros encuentros en el Taller de Periodismo de ELBA. Compartió una charla sobre su pasión por la escritura, sus pudores a la hora de hacerlo y personajes comunes que tienen cosas extraordinarias para decir.


Por Pamela Almirón

  Durante un encuentro en el espacio del Taller de Periodismo de ELBA, en el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, él se muestra tal como es. A pesar de ser un reconocido dramaturgo, Santiago Loza no está subido a ningún poni. Habla rápido en medio de una tormenta de ideas, que lejos de confundir deja frases para encuadrar continuamente. Por momentos se lo ve algo nervioso, pero luego, progresivamente, se va desenvolviendo.


 El dramaturgo empezó a armar lo laboral muy a duras penas: "Trabajé siempre, pero de otras cosas. Últimamente vivo más de la escritura". Egresó de la carrera de guión en la ENERC. Trabajó como docente en escuelas de cine. Luego, se dedicó al guión para cine y TV. Dirigió y escribió la miniserie Doce casas; películas como Extraño y Rosa Patria, entre otras; y obras como Todo verde y la actual Esplendor. También publicó un libro llamado Textos reunidos, que incluye casi todas sus obras más importantes.

  "Siempre de alguna manera necesité la ficción para poner algo de mi persona. Por situación de mucha timidez, fobia social o lo que sea. De alguna manera, es hablar como disfrazado", se presenta el cordobés. "El maestro Mauricio Kartun dice que el que escribe ficción o dramaturgia siempre es un travesti literario", cita.

-Tu voz está intermediada por el personaje ¿no?
-Necesité escribir, armar personajes, y eso me permitió ser más yo. En la vida cotidiana me pierdo. No sé si les pasa a todos. No entiendo bien lo que pasa, lo que me pasa, lo que viene. Y al escribir algo de eso se empieza ordenar. La escritura te da un orden que no tiene lo cotidiano, le otorga un sentido a la vida que a veces no lo encontras tan fácil. Y al armar un personaje que no sos vos, te corre de tu lógica, de tu forma de pensar, de tus trampas.

-¿Te descubrís a vos mismo en el proceso de escritura?
-Cuando trabajo en un proyecto me trae cierto mundo, ingreso y me lo apropio. Pero siempre necesito pensar quién es el personaje, observando en la calle, en lo cotidiano o en el recuerdo. El personaje adquiere una lógica autónoma a la de uno. El descubrimiento es que él empieza a hablar. Cuando ingresás en esa lógica te descubrís. El personaje hace algo que uno no haría el ámbito social, porque está totalmente vedado, prohibido o no se puede. El personaje logra hacer un avance sobre ciertas situaciones ficcionales. De alguna manera la ficción se nutre de actos que están prohibidos.

-¿Te sorprendés cuando escribís?
-Cuando escribís siempre hay algo que te sorprende. Porque si supiera lo que voy a escribir no lo escribo. Vas descubriendo. Es como entrar a una casa que está un poco oscura y vas prendiendo luces e iluminando. No sabés lo que hay. Y siempre sabés que va a haber un cuarto de esa casa al que no vas a acceder, que va a estar cerrado. Para mí ésa es la condición: no todo lo vas a descubrir, por más que quieras no vas a poder. Porque hay una zona del personaje, y aún de nosotros mismos, que está vedada. Y esa zona hace que uno quiera saber más. 

-¿Qué te es más fácil? ¿Ponerte en el personaje de mujer o en el personaje de hombre? 

-El personaje femenino me interesa mucho más. Me parece que tiene una capacidad de exposición emocional que lo masculino no tiene. Tiene una relación, un vínculo con el dolor más animal, más visceral, más misterioso. Desde la cosa más básica de dar vida o menstruar. Viví en un circulo rodeado de hermanas. La mujer se permite expresar algo que el hombre no se permite. Pero, a la vez, mis personajes no son mujeres. El personaje es mucho más simple que la persona. No tiene psiquis. Es como una pulsión. A veces me preguntan "¿escribís para hombres o mujeres?" Escribo personajes. Y estos son ridículos en términos psicológicos. No tienen pasado ni futuro. Viven lo que vive el relato.

-¿Hay un trabajo con la seguridad de las propias emociones a la hora de encarar la escritura?

-Sí. Aunque esa seguridad sea una gran duda. Vengo de una familia numerosa y no había lugar para la escritura. Era raro sentarte a escribir. Parecía que estabas perdiendo el tiempo. Es una zona privada, algunas certezas vas desarrollando y el resto son todas dudas. Trabajo sobre un campo con una gran incertidumbre, que a la vez te hace avanzar. La escritura no tiene garantía. Cuando te sentás a escribir, no te garantiza que eso que vaya a funcionar, que vaya a estar bien, que guste. Nunca (risas).

-Tenés que estar confiado de tus sentimientos, de tu sensibilidad para escribir ¿no?

-Sí, me da pudor, porque soy alguien muy inseguro. Yo no confío mucho. Tengo muchos complejos, como todos. Primero, no está la mirada del otro cuando uno escribe. Uno no está juzgado. Yo me siento muy pleno escribiendo finalmente.

-Dentro de tu escritura el escenario es más bien pueblerino. Los personajes parecen muy comunes.
-Sí. Son muy reconocibles, muy accesibles. Personajes muy ordinarios a los que les sucede algo extraordinario y tienen la necesidad urgente de decir. Toda persona tiene una particularidad y un mundo. Nos han hecho creer que ciertos personajes son de determinada forma. Uno pelea con esa idea. En lo social nos aferramos a ideas comunes. Tratamos, porque para entendernos tenemos que hacer acuerdos comunes. Pero lo privado no es común. Si la gente ya hace cosas rarísimas, ¿cómo no lo van a hacer los personajes? La mente tiene algo salvaje, no está del todo domado. Yo creo que la escritura trabaja sobre esas zonas que no están exploradas. Es como un animal, un caballo un poco desbocado que la ficción va conduciendo.

-¿Cómo era tu relación con la escritura cuando eras chico?
-De nene y de adolescente era muy mal alumno, realmente muy malo. Y más o menos me gustaba leer y escribir. Lo que me sorprende con la escritura es que cuando armás un cuento, un relato, decís "¡ah, pude armar algo que tiene forma!" Es que uno ha sido tan desordenado que resulta muy raro, es fuerte. Es una conquista escribir.

-¿Todos los días escribís un poco?
-Sí, todos los días, un rato, media hora... Pero soy muy vueltero. Me cuesta mucho escribir, sentarme, concentrarme. Algunas veces me pasa que cuando trato de corregir no vuelvo a escuchar esa sintonía del personaje. Se me fue. Siento que a veces la reescritura le quita fuerza, pero eso depende de cada uno. He visto gente que con la reescritura encuentra realmente la obra y es impresionante.

-Por como avanzan ciertos textos da la sensación de que no sos de borrar.
-Me cuesta mucho. No es buen ejemplo, uno debería corregir. No corrijo tanto. Tengo que revisar para ver si no es incoherente y probablemente tenga que reformular. En Todo verde, por ejemplo, no sabía qué iba a suceder al final. No sabía a quién le hablaba ella. Reformulé algo del comienzo, porque una cosa es sorprender y otra cosa es jugar a ser tramposo. No me acuerdo quién decía que cuando uno ve el final tiene que ser impredecible, te tiene que sorprender y al mismo tiempo no podría haber ocurrido de otra manera. Eso debería pasar con los buenos finales. Sobre todo en el cuento, en el relato más breve.




NUEVOS PROYECTOS
 
  Entre sus nuevos proyectos, Loza se encuentra escribiendo guiones de dibujos animados. Se trata de dos perros que están en la Luna. Con características particulares: uno es gruñón y el otro vanidoso.   También hace poco termino de escribir una novela corta, titulada Historia del hombre que duerme a mi lado. La trama es sobre una madre que se instala en la casa de su hijo y va apropiándose del lugar. Loza había empezado a escribirla hace cinco años, desde la voz del hijo, pero no avanzaba con la historia. Entonces probó el año pasado escribiendo desde la voz de la madre, una doña mala, dinamita pura e insoportable. Consiguió hacer aparecer un humor que no había en el relato. A la vez, logró redescubrir el personaje del hijo, más cercano a la personalidad de Loza. 

TRAS LOS MUROS  
  En 2013 Santiago Loza y la escritora Selva Almada realizaron un taller de escritura en el pabellón de travestis y chicas trans, en el Complejo 1 de la cárcel de Ezeiza. Al taller asistía una población de paso. Algunas de ellas estuvieron durante todo el año.  
  La mayoría no había tenido mucho contacto con la escritura. Y el poco que tenía estaba ligado al hecho de dar testimonio de alguna situación policial. Se les enseñó que la escritura puede ser otro espacio que no sea ése.    Y junto con Almada, Loza empezó a trabajar con lo que más les interesaba, desde la experiencia personal, como pequeños recuerdos. Sobre todo lo relacionado con la formación de la identidad de ellas, cuándo empezaron a travestirse.   Y se logró hacer una presentación a fin de año de los trabajos realizados.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Élida Casco: "El tango es muy generoso"



En el ambiente se la conoce como la dama del tango. Además de una apasionada del baile, lo es también de la docencia. Recientemente recibió el premio Reina del Plata en la categoría tango artístico. Esta nota recorre distintos aspectos de su vida y su obra.

Por Ana Na

INICIOS

  Lo que más practicó, lo más importante para ella es ser ante todo un buen ser humano.
  Nació en Florida, Vicente López, provincia de Buenos Aires, a tres cuadras de Panamericana y Melo, en el mes de marzo.
  Mujer bella, coqueta, esbelta y elegante, de mediana edad.
  Fue la tercera de cinco hermanas. Su nombre es en homenaje a su partera.
  En aquél tiempo, si bien había jardín de infantes, no asistió.
  Cursó sus estudios en San Fernando como maestra, pero no ejerció porque no le gustaba. Continuó el Conservatorio Oficial de música con Juan José Castro, donde se recibió como profesora. Estudió en otros centros de estudio anteriormente, que no le satisfacían, porque las clases eran de canto solamente.
  Allí comenzó su atracción por la música, pero siempre le gustó el baile. A su prima, que tocaba el piano, Élida le decía “música maestro” y en el patio bailaba. Siempre le gustó bailar; todo lo relativo a la expresión con el cuerpo. Nunca le gustaron las actividades estáticas. “Estoy siempre en movimiento", se definió.

TRAYECTORIA Y DOCENCIA

  Trabajó en escuelas de barrios carenciados enseñando a bailar chamamé, entre otros géneros folklóricos, y a veces cumbias villeras. Llegó a preparar números para fiestas de la comunidad educativa con las Czardas de Monti.
 Para una fiesta de fin de año preparó el número Un viaje por mi país, recorriendo todas las provincias con sus bailes típicos, y cuando llegó a Buenos Aires lo popular era el tango. Ella sabía sólo el movimiento de la mujer, así fue que hizo un dibujo de la figura del hombre y de esa manera les enseñaba a niños de cinco años.
  Armó su propia academia de enseñanza para bailar tango en Vicente López y enseña en Saavedra y otros lugares actualmente.
 Asistió a varios talleres barriales en los cuales enseñaban milongueros que no conocían método, dominio de grupo ni psicología, y como era docente notaba esa falencia. Nadie sabía técnicas, sólo se bailaba.  
  Para ser una buena docente tuvo que estudiar y encontró el único método oficial mundial. Una carrera con título y con la que se obtiene una matrícula. Constaba de 34 materias y cuatro seminarios. Eran materias técnicas, pedagógicas y prácticas de las que se sale muy bien formada. "Hay que saber clasificar e individualizar los grupos  de iniciales, medios y avanzados sin mezclarlos", sugirió la bailarina. Dictó cursos barriales en centros culturales y de jubilados.
  "El tango es tan generoso que se ve reflejado en las pistas sabiendo lo básico y cualquiera enseña a bailarlo y cantarlo", señaló Élida.
  Tuvo varios y sobresalientes profesores durante la carrera de estudio, Rodolfo y Gloria Dinzel, Carlos Rivarola y Daniel Lapadula -que eran de otro estilo-; apostó a renovarse en forma permanente. "El estilo de Juan Carlos Copes es muy artístico, le falta la pasión", criticó.
  En general no se vinculó mucho con sus compañeros, ya que ellos tenían otras intenciones, y ella en cambio en los ratos libres sólo practicaba y practicaba para aprender el rol masculino.

DEFINICIÓN

  "El tango es una danza popular que todo el mundo puede bailar", señaló Casco, galardonada recientemente con el premio Reina del Plata en la categoría artística como mejor bailarina. "Se empieza desde el nivel cero y el cuerpo tiene una memoria. Es un dicho común que el hombre cuando sabe bailar marca con la mano las figuras que debe hacer la mujer por lo que si el hombre sabe, la mujer baila”, afirmó. "No es tan así, porque si el compañero quiere que se haga una determinada figura y la mujer tiene su peso en el pie invertido, terminan cayendo”, concluyó.
  Casi ocurre eso el día en que Obama bailó con Mora Godoy. "Mirándolo desde lo profesional, al final casi se caían al perder el equilibrio, ya que ella lo llevaba a él. Quiso hacer un corte y una quebrada y Obama en ese pie tenía su peso. Por lo que casi caen", graficó. "Quisieron hacer una réplica de la película Perfume de Mujer", dijo en su reflexión.
  Opinó que "no es oportuno romper el protocolo y ella lo hizo para ganar fama con sus fotos y comentarios en el mundo. Se polemizó bastante y además no es tango argentino el que se bailó".
  A la Señora Tango, como se la conoce en el mundo del tango, no le gusta figurar, que es muy diferente a demostrar que se sabe. Ella tiene muy bajo perfil siendo una personalidad muy reconocida en el ambiente.
  En una comparación, afirmó que "antes había grandes figuras en el medio como Osvaldo Pugliese, que en los intervalos del cine tocaba el piano". Hoy se le ha dado al tango el nombre honorífico de Patrimonio Intangible de la Humanidad, distinción que Casco no ve "lógica" porque con decir "tango" es suficiente. En las escuelas no figura como materia. La danza, la poesía y la música hablan de nuestras raíces. Nuestro folklore y tango en todas sus manifestaciones artísticas deberían cursarse como materias curriculares, dictadas por profesionales capacitados para dictar las mismas.



ANÉCDOTAS

  Quiero al Tango es una organización que comenzó hace siete años y su objetivo es que "el tango esté en las escuelas como también en programas de televisión abierta", detalló, y  agregó que "no hay actualmente programas de tango como en otras épocas". La dirige Gabriela Miguel y Casco es coordinadora y colaboradora.
  La tanguera comentó que "cuando estudiaba había un estilo que era diferente al tango salón" y que su profesor decía que ella bailaba mejor de hombre que de mujer.
  "En una milonga tuve que bailar con un bailarín conocido y éste me dijo que yo lo sacaba de su eje y de su técnica", contó Elida. Haciéndose cargo de tener la responsabilidad de cometer errores, al finalizar la pieza decidió no seguir bailando ya que no quería hacerlo sufrir. "Pero quedé intrigada por la situación y por esa razón comencé a preguntar", recordó. Los consultados le respondieron que él no sabía bailar. Esa razón la dejó más tranquila.
  "En otra oportunidad tenía que bailar en un acto importante y a la hora de presentarme no tenía mis zapatos. No aparecían por ninguna parte. Llevaba otro calzado pero de plataforma, y el tango no se baila con ese tipo de zapatos, además de que no combinaban con mi atuendo. Tuve que bailar igual, a pesar de ser muy exigente con mi vestimenta", recordó. Al finalizar el evento, una persona de la comisión le encontró sus zapatos de baile.

INDUMENTARIA

  "La vestimenta es importante al momento del baile. Todo hace al conjunto con el tango: desde la falda, los tajos, los zapatos", señaló la profesora. "Hay gente que se compra toda la indumentaria y luego no asiste a las clases; en cambio hay otras personas que comienzan aprendiendo a bailar en zapatillas y son las que continúan con el estudio."
  Afirmó que "el zapato tiene que ser de taco aguja y de suela, para el desplazamiento  tanto del hombre como de la mujer", y agregó que “la mujer baila con sólo el metatarso y nunca se apoya con el taco".


LEY DE TANGO

  Según la ley porteña que lleva el número 130, de 1998, el tango debería estar en los programas de estudio, en todas sus manifestaciones artísticas. La norma propone hacer talleres extra curriculares de danza también.
  Casco afirmó que un 17 de mayo de 2011 convocada por Quiero al Tango fue a bailar frente a la legislatura porteña junto a un grupo, para que el secretario de Cultura de ese momento le diera importancia a las firmas que se estaban juntando para la Ley Nacional de Danza, que aún no fue aprobada.

  "El arte invita a sociabilizar y hace que toda persona que hace teatro, pinta, canta o toca un instrumento sea más sensible a todo", enfatizó Elida.

DIFERENCIAS

  Entre las diferencias del hoy y el ayer, dice que "ayer la danza era un tema social", y aseguró que "hoy se puede ir a bailar de lunes a lunes pero hay un ambiente integrado; si va un desconocido es muy probable que planche o se siente a mirar cómo bailan los demás", comparó.
  En lo referente a la danza en sí, la bailarina subrayó que "el tango salón verdadero se baila en las milongas" y agregó  que "al hacer una demostración se modifica con técnicas de otras danzas, haciéndolo más de escenario".
  Enfatizó que “los extranjeros que vienen con el propósito de aprender a bailar toman clases casi todos los días y, a pesar de no comprender otros idiomas, en la pista se llega al entendimiento".
  "Caminar el tango, la postura, el abrazo, la mirada son parte del romance de tres minutos en la danza, son primordiales", en cambio, “en las milongas no se pueden hacer muchas figuras, como ganchos y voleos", definió la estrella.

EFEMÉRIDES

  Dentro de sus habilidades a Elida Casco Tango (tal es su alias) le gustan las efemérides. 
  En su relación con la escritura tuvo un gran profesor que fue Gabriel Soria, en la Universidad del Tango. Ella no sabía de la poesía y las letras de las canciones. Pero con esa materia tan "intensiva e inclusiva", y después de bailar temas de Troilo y otros de la época, sentía ese calor del reconocimiento a los grandes maestros. También se interiorizó en la ubicación de la mujer en la poesía.
  Para ordenar sus efemérides en el día a día, utiliza redes sociales como Facebook. Se maneja con personalidades nacionales e internacionales con relevancia o que a ella le gustan. Ha saludado a Mariah Carey en su cumpleaños, hizo un homenaje por la pérdida del jazzista argentino Leandro Barbieri apodado  “El Gato”, busca referencias de periodistas, locutores, bailarines, músicos, cantantes, entre otros.
  Lleva una agenda mensual con calendario donde incorpora los datos y mes a mes agenda los días importantes y los publica en sus redes sociales como Facebook, Instagram y más. Este trabajo le hace invertir gran parte de su tiempo.
  Recibió agradecimientos de gente muy vinculada a la política dentro de la Cultura por su trabajo silencioso. 

IDEALES

  Casco quería estudiar para tocar el arpa pero su padre no se lo permitió, ya que "no había buenos profesores y tampoco recibiría título por ese estudio", comentó. "Fue así como comencé mi estudio con la guitarra. Instrumento que me dio muchas satisfacciones y nunca me arrepentí de haberlo cursado", comentó. Como estilos eligió el clásico y el folklore, algunas veces tango.
  "A mis alumnos les enseñé folklore", contó. "En una oportunidad tuve una banda de dos bombos y 21 guitarras: 23 alumnos en total. Hice muchas recorridas con ese grupo, tocando por escuelas, municipalidades e invitada a peñas folclóricas como las del club Banco Nación, Banco Provincia, entre otros. También en otras provincias fuimos invitados para hacer varios espectáculos."

PARTICIPACIONES

  Fue jurado en varias ocasiones, como por ejemplo en Salto, en festivales que se realizan anualmente a fines de febrero, principios de marzo.
  La primera vez que participó la dama del tango se le hizo un homenaje a Aníbal Troilo al cumplirse 100 años de su natalicio. En esa oportunidad también fue invitada para dar charlas sobre el género musical en  la educación y la salud. Resaltó que lo que hace lo hace con mucho amor.
  El segundo año participó como jurado en tres categorías de tango: senior, adultos y tango escenario.
  Estuvo en Tandil y por último en la ciudad de Rojas, donde dio un seminario para docentes. Manifestó que probablemente vaya mensualmente para dictar seminarios.

DENUNCIA

  Haciendo un recorrido en su memoria Élida Casco Tango recordó emocionada que un jardín de infantes de Vicente López donde trabajó cumplirá 50 años. La profesora de música Sandra Scurk organiza el aniversario. Fue una de sus primeras alumnas de guitarra y la convocó por haber sido docente, para bailar tango en septiembre. Se encontraron fotos de 1993, pero admite no recordar ni a la maestra ni a la preceptora de entonces.
  Élida estuvo  como profesora de música durante 15 años en el nivel inicial en distintas instituciones y distritos. Durante cuatro años enseñó a niños en San Isidro, en una escuela estatal. "La directora era Liliana Maquena y nadie quería trabajar en ese lugar, pero no me negué, a pesar de la mala fama. Pese a tener vacantes, esta directora era muy discriminativa en la elección de los alumnos. Sólo le gustaban aquellos que provenían de hogares de profesionales, por lo que salía del radio del jardín buscando por otras zonas más alejadas a niños de elite", explicó. Aquella señora le proveía de todos los elementos necesarios para poder enseñar y a su vez la señora directora compraba para sus hijos  regalos con plata de la cooperadora.
  Denunció que en una oportunidad a un alumno que no podía pagar la cooperadora, al finalizar el año no le quiso dar su legajo para cambiarse de escuela por no haber pagado y ese año todo aquél que no aportase a la escuela no tendría ni medalla ni diploma.
  Ante esta situación decidió Casco juntarse con varias madres para reunir firmas y denunciarla en La Plata por su mal comportamiento y malversación de fondos.
  Esto hizo que intervinieran el jardín y le pidieran a Élida su rectificación a esta denuncia pero fue "en vano".
  La situación hizo a la gratificación de Élida. Muestra una gran sensibilidad y solidaridad en ella, que estuvo y está siempre al frente de las acciones sociales y necesidades del prójimo. Este tipo de actitudes de discriminación o indiferencia la altera. "Por eso siempre me involucro", explicó.

MENSAJE

  No sabe a quién dejarle ese gran capital de conocimientos que adquirió a lo largo de su trayectoria, ya que sus hijos tienen sus profesiones: contador y médica oncóloga.
  Jamás pensó que podría ser importante su labor diaria.
  Su gran aspiración es poder bailar el tema de Mores "Tanguera", con un buen partenaire y acompañada por grandes músicos.
  También, seguir enseñando con el  sistema DINZEL mundialmente conocido, que cada día se sume más gente al tango y promover esta danza para que desde niños aprendan. En lo personal, quiere seguir aprendiendo más sobre poetas, músicos y nuevas técnicas, ya que “todo es tango, y hay que sentirlo tanto al cantarlo como al bailarlo”, afirmó.
  "Todo tiene su encanto, cada orquesta y cada cantor transmite su transparencia profesional y pasional", subrayó.
  Para hacer una exhibición, “elegiría a (Miguel) Caló y (Raúl) Berón, entre tantos otros. Incluiría también la milonga y el vals, que harían más interesante la muestra”.



 ELEGIDOS Y REFERENTES

  Luego de sacar lustre a diferentes pistas de baile y escenarios, la danzarina afirmó: “De las parejas de baile que prefiero de acuerdo a su experiencia y gustos, la primera que asoma en mi mente es Osvaldo Soto y Lorena Ermocida”.
  Refiriéndose a Soto, dijo: "Tuvo una pronta partida, muy joven, y encarnó como nadie el distinguido estilo tango salón". La comunidad tanguera lo recuerda como a uno de sus hijos más dilectos.
  "En la actualidad veo con gran agrado a Roxana Suárez y Sebastián Achával, con grandes virtudes de elegancia, técnica, pasión y buen desplazamiento", elogió.  Otra pareja "sobresaliente" ya conocida en el mundo entero es la de Sabrina y Rubén Béliz. También los admirables María y Carlos Rivarola, pareja conocida internacionalmente que especialmente lleva el tango a Japón, recalcó la Casco.
  Citó como referentes de cantantes a Roxana Fontán y Guillermo Galvé, cantor al que "le falta más reconocimiento". Destacó también que "tiene humildad, presencia escénica, modulación y un caudal de voz maravilloso.
  "Al hacerle el homenaje a Horacio Ferrer, la Fontán cantó 'Balada para un loco'. Se te caen las lágrimas porque realmente pone pasión", sostuvo Casco.
  "Otro cantor importante es Hernán Fizzera con buen color de voz", agregó.
  Por último y entre muchos recordó a María José Demare y Stella Maris Conde.

HOMENAJES

  "Realmente son estos días grises para el tango, porque recientemente partieron dos grandes, dos gigantes, en lo ligado a la música, composición y dirección", dijo Casco. Definió a "Ernesto Baffa como un destacado bandoneonista que era poesía de bandoneón”.
  La otra enorme pérdida es la de Mariano Mores. "A los 98 años partió, dejándonos como legado una obra maravillosa. Fue ejemplo, ícono, pionero de nuestra música, que dejará en nuestra historia un inmenso repertorio musical", concluyó Elida. "Lo primero que llega a mi corazón es decir gracias por tanto talento, pasión, trabajo y repertorio musical."

martes, 22 de marzo de 2016

No estoy dispuesta a ser madre

Por María Silvina Prieto

  Si necesité en algún momento experimentar el ser madre, ya no lo recuerdo. Quizá quien lea esto me tilde de egoísta, pero no estoy dispuesta a ser madre, prefiero ser tía (aunque tampoco tengo hermanos). Tal vez por ser hija única (mi madre y mi abuela también lo fueron) supe aprovechar mi tiempo y espacio en libertad, compartiendo absolutamente todo conmigo misma.
  Nunca tuve ese sentimiento maternal por amamantar a nadie, mucho menos llevarlo dentro mío como a un alien. Me rebela la idea de los que siguen pensando que una mujer llega a su plenitud teniendo que tener un hijo.
  Mentira. Muchas mujeres logramos la plenitud desde otro lugar, sin tener que sacrificar nueve meses de nuestra vida, desfigurando el cuerpo por la retención de líquido, tener los pechos explotativos y aguantar las cargadas y groserías que nos gritan por la calle. Cortando y cosiendo la vagina como si fuera un matambre en un mostrador de carnicería, aguantando dolores agónicos y otras cuestiones que no viene al caso comentar, por escatológicas y desagradables. 
  Luego de todo eso, me enfermaría tener que pasar por el tierno momento familiar y vecinal de que te pregunten por el peso, la medida, el nombre y que te digan cuán lindo es, cuando todos sabemos que todos los bebés nacen feos, arrugados y llenos de caca por la que tienen que nadar durante esos horribles meses. 
  Prefiero quedarme con la convicción que desarrollé a los diez años, cuando creía que los niños nacían vestidos, lindos, limpios y con los escarpines puestos.
 

Lunes por la mañana

Por Pamela Almirón

  Suena la alarma. Proceso de desperezación: incluye estiramiento de brazos y de piernas unidos a un aullido intimidador de lobos, que en sus últimos segundos finaliza con un intento de risa de Homero Simpson. Ducha despabiladora, agua bien caliente a todo vapor. Cambio de ropa. Agua que hierve veloz. Té listo, pan, galletitas, lo que venga. Chequeo de temperatura en programas que lo que menos hacen es alegrarte la mañana. Rímel y alguna otra cosa para 'revocar'. Salida a la calle. Camino cinco cuadras. Espero el bondi. Tarda o no tarda. Lleno hasta las manos. No tan lleno. Mirada de arriba abajo de algún señor o señora, disimulación: cero. Adentro, a veces perfume para soñar, u olor para rajar. Viaje con o sin lectura. Con o sin música. U conexión ventanil al mundo exterior que pasa como un flash. Llegada al CCC. Temprano voy al 6to piso. Llegada tarde voy al salón. Saludos abraceros con la profe y los compas. Mate para compartir, así como cosas ricas también. Charlas random. Clase-encuentro. Tarea. Ronda final. Vuelta con una mochila que pesa, pero pesa de aprendizaje, emoción, incentivos, motivación nivel infinito. Y sobre todo amor y pasión. Una mochila que te acompaña y es necesaria en el camino.

Pequeñas y grandes historias del Senado de la Nación



A los 13 años, Rodolfo Sánchez Rubio no quería estudiar y comenzó a trabajar en el Senado. Hoy es director de Recintos de la Cámara. Durante días comunes vivió odiseas: por ejemplo, les dio la mano a los astronautas que llegaron a la luna y a su amado Juan Domingo Perón. También tuvo la oportunidad de conocer a Jorge Bergoglio antes de que se convirtiera en papa.

Por Ana Na

     En el Congreso de la Nación, ubicado en el km 0 de la Capital, exactamente en Avenida Rivadavia y Entre Ríos, trabaja mucha gente. Han pasado por allí diferentes referentes históricos, además de nuestros funcionarios actuales, tanto diputados como senadores.
     La curiosidad me llevó a averiguar quién podría ser la persona que me indique cómo eran los movimientos de ese lugar.
     Descubrí a Rodolfo Sánchez Rubio, que ni más ni menos es el director de Recintos de la Honorable Cámara de Senadores. Me comuniqué con él y acordamos una cita.
     Llegué al Congreso por la calle Hipólito Irigoyen, allí me identifique y entré a tan solemne edificio con un papel con mi identificación y mi foto.
     Allí me estaba esperando para llevarme a recorrer esos majestuosos salones donde se tratan nuestras leyes. El Salón Azul, la Sala de Convenciones, la vitrina que conserva el manto que cubrió a Eva Perón y su sala de entrevistas, el sillón donde se sentó el vicepresidente Cobos cuando dio su voto opositor a la ley de retenciones móviles. El despacho del actual vicepresidente y maravillosas salas de estar. Verdaderamente deslumbrante el Salón Rosa.
     Café de por medio comencé mi cuestionario lleno de intrigas para saber cuál fue la historia de la persona elegida.
     Comenzó a trabajar en el Congreso Nacional hace 50 años, el 27 de septiembre de 1965, cuando apenas tenía 13 años. Como todo niño no quería estudiar en la escuela secundaria. En ese entonces su padre era colaborador y tenía cierta jerarquía en jefatura del senador Sapag, quien ingresó en el año 1946 durante la vicepresidencia de Hortensio Quijano en el gobierno de Juan Domingo Perón. El padre decidió llevarlo a trabajar: así le impondría una obligación de madrugar y ganarse el dinero. Era un placer para él, ya que al Senado siempre lo sintió como su segundo hogar. Le ayudaba en sus tareas al senador.
     Recordó que cuando fue a la oficina de Personal no lo querían admitir por sus 13 años. Debía tener por lo menos 15.


     Un cierto día el Senador lo llamó y le dijo que si no estudiaba no podría seguir trabajando en sus funciones de administrativo; a pesar de que el acuerdo con su padre era el de trabajar y no estudiar. Por lo que decidió comenzar a estudiar. Le convenía mucho seguir allí ya que económicamente estaba muy bien, gozando de ciertos privilegios.
     El senador colaboró mucho para su estudio. Si lo necesitaba para hacer algún trámite y Sánchez Rubio estaba haciendo sus tareas escolares, no lo interrumpía y llamaba al ordenanza en su lugar. Le había tocado pasar épocas muy duras. Trabajar en el Senado era un poco insalubre: no nos olvidemos de que él entró en el ‘65 y en el ‘66 vino el golpe militar. Volvió la democracia en el ‘72 y, en el ‘76, otro golpe. Con cada golpe, todos estaban con el temor de recibir el telegrama de despido en cualquier momento. Es que, al llegar los militares, lo primero que hacían era echar al personal. Durante el primer golpe él era muy pequeño y siguió trabajando. En cambio, en el segundo, ya tenía una cierta antigüedad y venía con la experiencia anterior.
    Le pregunté si durante toda su carrera tuvo la posibilidad de conocer personas muy importantes:  “Tuve la oportunidad de darles la mano a Amstrong, Auldrirn y Collins, los astronautas que con el Apollo XII llegaron a la luna”, respondió. Y agregó: “Pude darle la mano al general Perón. Fui y soy militante peronista fanático. Me temblaban las piernas cuando me dio esa mano abrazadora mirándome a los ojos y sentí que se me movía el mundo. Sentí la misma sensación al tocarle el manto al papa Juan Pablo II.  Estuvo en el Mercado Central y estuve a 3 ó 4 metros de distancia, queriendo tocarlo. No llegaba y una brisa rozó el manto y la mano, y fue la misma sensación que tuve cuando le di la mano al general”.
     Mi intención fue la de saber cuál era específicamente la función como director de Sala. Fue en ese momento que me explicó: “Cuando hay sesión en el recinto tenemos que quedarnos permanentemente en la Sala para asistir a los Senadores y obviamente rotando entre otros compañeros”. En mi ingenuidad le consulté si les ofrecen agua o café. A lo que me respondió: “Los senadores cuentan con tablets donde tienen las órdenes del día, los proyectos de ley a tratar en la sesión y hacen sus pedidos directamente a la cocina para que les provean de los refrigerios que pidan”.
  El director de Sala es quien dirige si hay que sacar fotocopias o mantener la temperatura del aire acondicionado. No debemos olvidarnos que los senadores vienen de diferentes provincias por lo que para algunos hace frío, en cambio para otros hace calor... Sánchez Rubio debe mandar a la gente para solucionar esos inconvenientes. “Este último es uno de los grandes inconvenientes en la Sala, ¡la temperatura!", reveló. También si es necesario comunicarse con algún asesor en especial tienen que salir a la rotonda para ubicarlos.

El diácono



     Yo sabía que además de esa actividad en el Senado realizaba otra más espiritual. Sánchez Rubio fue nombrado diácono en la Diócesis de San Justo en 2008. Él me aclaró que “dentro de la Iglesia Católica existen los siete Sacramentos. Está el Sacramento del Orden Sagrado en tres grados distintos: obispos, presbíteros y diáconos. Dentro de los diáconos hay dos tipos: el transitorio, que es ordenado posteriormente presbítero, y los permanentes que son casados, que asisten como un sacerdote. Para ello hay que estudiar varios años de teología, liturgia y pastoral”. “Al ingresar a la escuela de diaconado eran 57 y solamente 14 terminamos después de cinco años. Y sólo tres fuimos ordenados”, contó.
     Para ser diácono se necesitan muchos requisitos, como estar acompañado por la familia y dedicación plena. “Diácono” en griego quiere decir servidor. Dentro de esta orden no sólo implica el servicio pastoral sino también la atención barrial, la humana. Lo más importante es ocuparse del hermano necesitado. Aclaró que "es lo mismo que ser ministro, que en latín también significa ser servidor".
     Una de las situaciones más importantes ha sido asistir en varias misas al entonces obispo Bergoglio. Además recordó que la última vez que lo vio, antes de que se convirtiera en papa, fue en la Basílica de San Francisco de Asís (Italia), cuando se habían cumplido los 25 años del Beso de la Paz que había dado el papa Juan Pablo II con los evangelistas, anglicanos y protestantes. Después de la celebración se tomó una foto con él, que estaba con un sobretodito gris y un portafolio. Días más tarde lo vio en una revista importante y conocida, en otra foto, recorriendo el Vaticano con la misma vestimenta y le llamó la atención verlo así. Le parecía increíble tener una foto con Bergoglio antes de haber sido elegido como papa por el Espíritu Santo, cuando nadie imaginaba que tendríamos un papa argentino.


     Esta actividad no le insume tanto tiempo ya que durante la semana cumple la función dentro del Senado. Los fines de semana se dedica a la actividad pastoral. En algunas oportunidades le dan como función ir al Cementerio de la Chacarita para hacer los responsos. En ocasiones ocurre que, como asiste a los responsos con la vestimenta de cura, alguien del Senado lo reconoce y le llama la atención, porque no muchos saben de su actividad como diácono.
     En su actividad pastoral en la Basílica de San Pantaleón de San Justo, donde fue asignado, se dedica a asistir en bautismos, casamientos, responsos y todo lo relacionado a la asistencia social y espiritual, de salud. También en su orden hay otros compañeros que se encargan de asistir a gente privada de su libertad. Cuando debe ir a bendición de casas asiste a aquellos detenidos domiciliarios con pulseras.
     “Ser diácono no me retribuye nada materialmente”, aclaró. Es más: invierte en gastos de movilidad y su único beneficio es el agradecimiento de la gente. Contó que le hicieron una nota en la revista El Parlamentario y muchos se enteraron de su actividad religiosa a través de esa publicación.

La época militar

    Rodolfo dijo no haber hecho curso de Ceremonial, que no es necesario, ya que la Cámara cuenta con ese servicio cuando asisten los presidentes y ellos mismos se encargan de acompañarlos al Recinto.
     La actividad no se limita a los días de sesiones, puesto que en el resto de los días los senadores solicitan hacer listas de asistencias y otros trámites, además de trabajos administrativos que requieren mucho tiempo.
     Como anécdota graciosa viene a su memoria que cuando corría el año 1966 y era muy joven, llegó el general Osiris Villegas, ministro del Interior en el gobierno de Guido. El Congreso se cerró pero se usaba el cuarto piso, que era donde se alojaba el general. “Cierta noche pidió al chofer y a mí que fuésemos a buscar el uniforme de gala a su domicilio particular. Una vez allí la empleada nos hizo entrega del uniforme y subí a la camioneta con el logo del Ejército, pero al cerrar la puerta quedó enganchada la botamanga del pantalón que traté de reparar, pero desafortunadamente", relató Sánchez Rubio. Dijo que quizás esa desprolijidad de su parte hizo que el general se enojara mucho. Lo sacaron del área y lo mandaron a trabajar a presidencia de la Nación con Onganía, Levingston y Lanusse hasta que volvió la democracia en 1972 y retornó al Senado. De todos modos seguía cobrando el sueldo del Senado, ya que el sector de personal seguía dentro del Palacio.
     Comentó también las notables diferencias con respecto al trato en las dos diferentes épocas: durante las dictaduras, "los sueldos se congelan a modo de castigo y el régimen hizo que muchos renunciaran al quedar muy rezagados”.
      Fue así que tuvo que buscar otro ingreso trabajando como visitador médico de un laboratorio. También pidió trabajar en la Obra Social del Congreso para no tener tanto contacto con los militares y el contacto frecuente con los médicos lo ayudó a ingresar a ese laboratorio.
     Quiso apartarse de los militares y algunos compañeros que estaban más vinculados a ellos por la soberbia y las amenazas que sufrió mientras trabajaba dentro de la Obra Social cuando algo no se realizaba de su agrado.

Los personajes del Senado

      De todos los gobiernos, la mejor época fue en la vicepresidencia de Carlos Perette: “Era un hombre que se ocupaba personalmente de todo lo necesario para el Congreso y el bienestar de sus equipos de trabajo, desde los uniformes hasta la parte económica. Si había sobrantes del presupuesto él mismo se encargaba de repartirlo entre el personal para que estuviera cómodo”.
     Destacó que el licenciado Boudou superó ampliamente la atención a todos los problemas internos. “Jamás, desde que él ingresó, tuvimos problemas con el gremio ni las paritarias. Dignificó al personal independientemente de su problema judicial, desempeñándose de la misma forma cuando estuvo en Anses y como ministro de Economía”, describió.
     Hizo la comparación con la época de Chacho Álvarez: recordó que en un momento le hizo averiguar sobre unas cotizaciones. El vicepresidente había notado que se estaban comprando a valores muy altos los insumos y era también alto el alquiler de las sillas para eventos. Relacionó la cotización del alquiler con la compra de las sillas por lo que se decidió la compra de las mismas. Resaltó que esos pequeños detalles "hacen a la persona", generando así un beneficio económico al Senado.
     Destacó la simpatía del senador Menem: “Es un señor muy campechano, su estilo es de saludar siempre de tal manera como si uno lo conociera de toda la vida. Va por la cocina y les da la mano a los cocineros, ordenanzas y mozos amigablemente, pero en su caminar ya se le notan los años y hay que ayudarlo. Es un hombre de perfil agradable”.

Aniversario

     Ahora ya se piensa en el festejo de sus 50 años en la función junto con unos pocos compañeros que también cumplen sus bodas de oro en el Senado de la Nación. En el día de su aniversario con el Senado de la Nación será nombrado por la Iglesia Misionero de la Paz 2015.